Monday, 20 August 2007

Dolce despedida


Cuesta creerlo tras haberlos padecido durante cinco larguísimos años. Santi Acosta y sus chicos de Salsa Rosa, primero, Sábado Dolce Vita, después, ya son carne de la nostalgia televisiva. Han sido desalojados de los estudios de Fuencarral. Sus cotilleos de patio vecinal, sus expresiones fingidas, su falsa indignación cuando el invitado les toreaba ajustándose al guión, su insoportable pitido de programa para mayores de 18 años en una noche que siempre ha sido familiar, sus patéticos politonos, su cutrería disfrazada de glamour.... Todo ello, es historia.

En la despedida (sin desperdicio) se dedicaron a mirarse al ombligo unos a otros durante cuatro horas. A reírse los chistes ensayados. Y lo más triste, que demuestra que son víctimas de su propia mentira o su ignorancia, que uno no sabe qué es peor, a creerse únicos y originales olvidando que no fueron otra cosa que la enésima versión de un invento llamado Tómbola, que arrasó por su mal gusto. Pero lo mejor fue que, por fin, reconocieron sin tapujos aquello que tanto han defendido los chicos de La Sexta: que Salsa Rosa y Dolce Vita eran el mismo perro con distinto collar. Las malas lenguas, por cierto, apuntan al desembarco (el regreso más bien) de Santi Acosta en Antena 3 para hacer lo mismo, otra vez, con otro nombre, otra vez.

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