
Si mi memoria no me falla la última petición de boda (o algo parecido) que presencié en un reality la escuché de boca de un ex soldado neurótico que gritaba aquello de "No lloréis porque me voy a casar con ella" en la primera edición de Gran Hermano. Moritz, el concursante de OT que debería de ganar esta edición (y espero que lo haga) nos ha obsequiado tropecientos años después (en la misma cadena) con una petición de matrimonio. Ésta más humilde, más romántica, más emocionante... y sin novia presente, que la pobre se ha debido de quedar aturdida al otro lado de la pantalla. Aunque luego, vía teléfono, le ha dado el sí, quiero. La semana que viene prometen estar juntos a pie del escenario. El mismo escenario en el que Moritz se ha puesto en remojo (literalmente) aprovechando una lámina de agua que estaba allí a modo de decoración. Una imagen para la historia de este espectáculo y que quizás le baste y le sobre para ganar el concurso. Este chico merece perdurar en esto de la música una vez que acabe su paso por OT. Felicidades. Por la boda. Y por el éxito.
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