
Telecinco ha vuelto a tener problemas con la justicia. Si antes fue con un reportaje de Hormigas blancas, ahora ha sido con la repetición de El diario de... Mercedes Milá, dedicado al maltrato en las guarderías, la que ha quedado suspendida hasta nuevo aviso. En su lugar, emitieron un capítulo de Aida y ahí es donde quería yo llegar. A Telecinco, que le gusta mucho fardar de libertad de expresión, se expresaba amargamente en cada corte publicitario de que el programa que se tenía que haber emitido a esa hora no podía ser había tenido que ser sustituido por otro por el bla, bla, bla... Y oye, que me ha gustado la idea. Así que espero que empiecen a aplicarla también cuando son sus contraprogramadores de turno los que nos ventilan la peli, la serie o el programa anunciado por cualquier otra cosa. Espero que entonces también se rasguen las vestiduras y nos pidan perdón a los espectadoresa cada corte publicitario y nos expliquen que el contraprogramador de turno nos ha secuestrado la emisión que estábamos esperando con tantas ganas y que nos la envainan por esta otra. O, qué pasa, ¿que el espectador sólo tiene derecho a saber por qué le contraprograman en unos casos y en otros no? Pues eso. A aplicarse el cuento a partir de ahora.
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